martes, 20 de octubre de 2009

Inglourious Basterds (2009)

A mediados de los ochenta, Quentin Tarantino escribió y dirigió su película ultra-independiente My Best Friend’s Birthday, financiándola con sus propios recursos y rodándola a lo largo de tres años. Cuando por fin reveló el material filmado, se encontró con un producto (en sus palabras) “amateur y carente de gracia”; por lo que decidió abandonar el proyecto.

En los años subsecuentes, Tarantino escribió tres guiones, Natural Born Killers, True Romance y From Dusk Till Dawn. El primero terminó siendo la inspiración para un film de Oliver Stone (1994), el segundo, una de las mejores películas de Tony Scott; y el tercero daría vueltas por muchas manos hasta que, finalmente, en 1996 fuera filmada por Robert Rodríguez.

Tras vender dichos guiones, Tarantino logra obtener financiamiento para su “ópera prima”, Reservoir Dogs (1992). Los principales productores del proyecto fueron Harvey Keitel, actor conocido por films como Mean Streets (Scorsese,1973) y The Duellists (Scott, 1977); y Lawrence Bender, un joven productor que se había hecho cargo de Intruder (1989), “ópera prima” de Scott Spiegel, amigo de Sam y Ted Raimi, quienes a su vez son amigos de Ethan y Joel Coen.

Su segundo largometraje, Pulp Fiction (1994), además de cosechar un notable éxito económico, fue galardonado con la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cannes, lo que le dio a Tarantino la posibilidad de convertirse en uno de los directores más influyentes en la industria.

Enseguida, filma el cortometraje The Man From Hollywood, para la antología Four Rooms (1995). En este film se rinde homenaje a un capítulo del show televisivo Alfred Hitchcok Presents, de nombre The Man From the South, basado en un cuento del genial escritor Roald Dahl. Si bien la película pasó sin pena ni gloria, el corto de Tarantino destaca por su dinámica puesta en escena y su manejo del humor y el suspense.

En 1997 estrena Jackie Brown, un tributo al género llamado “blaxploitation”; y una adaptación de la novela Rum Punch (1992), de su ídolo Elmore Leonard.

Fue entonces cuando la crítica y los fans se dividieron. Los amantes de las emociones fuertes votaban por Pulp Fiction o Reservoir Dogs cuando se trataba de elegir la mejor; los amantes de una buena historia contada con elegancia votaban por Jackie Brown

Kill Bill (o “Fusil Vil”, como diría Leonardo García Tsao) (Vol. 1 - 2003, Vol. 2 - 2004) es, también, un sentido homenaje a diferentes géneros apreciados por Tarantino. Desde el Kung Fu hasta el Spaghetti Western, pasando por el cine de Yakuzas, de Samurais, y un pequeño guiño a las películas de Zombis. La película sirvió tanto para alienar a algunos de los admiradores de sus primeras películas como para interesar a nuevos aficionados a la filmografía del director oriundo de Tennessee.

Si bien el film tiene altibajos, algunos episodios, como The Man From Okinawa, Showdown at the House of Blue Leaves y The Lonely Grave of Paula Schultz, demuestran el control que su creador puede tener sobre el medio cinematográfico.

Death Proof (2007), tras estrenarse como parte del largometraje Grindhouse (Rodríguez, Tarantino, 2007) en Estados Unidos, fue estrenada en el Festival de Cannes y en el resto del mundo por sí sola y en su versión extendida.

La película es, sin mucho pensarle, la menos lograda de Tarantino, pero resulta interesante por su estructura: a lo largo de todo su metraje, se juega con una infinidad de posibilidades dramáticas (noviazgos, romances fugaces, citas frustradas, mujeres liberales, mujeres “apretadas”, hombres lujuriosos, decepciones amorosas, un policía cínico y la relación conflictiva con su hija, diversiones peligrosas, etc…), mismas que son frustradas una y otra vez por la aparición del maniático Stuntman Mike.

Inglourious Basterds (2009) también resulta interesante por la forma en que está narrada, centrándose en unos cuantos momentos claves, a lo largo de tres años, que terminan contando dos historias, y que a su vez se unen en el tercer acto.

Sin duda, Inglourious Basterds utiliza elementos que han funcionado en las anteriores cintas de su realizador. De Pulp Fiction, los primeros actos prolongados. De Reservoir Dogs, la expectativa constante. De Jackie Brown, la sobriedad en el estilo. De Kill Bill, el aspecto mitológico y fantástico.

La película hace gala de la capacidad que tiene el realizador para escribir y dirigir largas conversaciones que giran alrededor de los alimentos y las bebidas. Algunas, ingeniosamente triviales; otras, llenas de tensión y suspenso, pero siempre excelentemente coreografiadas y filmadas.

Así mismo, la lista de géneros en los que ha incursionado se sigue incrementando (aunque siempre los pervierta). Como él mismo lo menciona, ha llegado el momento de realizar un Western, hecho y derecho. Su filmografía nunca estaría completa si no realiza uno. Esperemos que así sea.

2 comentarios:

  1. Pienso que la "crítica objetiva" es una falacia y que más bien se debe aspirar a un ejercicio honesto. Me parece que tu texto está en estos terrenos, sobre todo porque das antecedentes y permites que cualquier lector tenga acceso al tema y busque, en todo caso, ampliar las referencias. Buen ejemplo de cómo sumar adeptos, felicidades.

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  2. A mi lo que ya no me gusta de Tarantella es que parece haberse enamorado de la farsa y la parodia. En Inglorious hay muchos personajes que en apariencia son muy relevantes y conforme avanza la trama resultan solamente accesorios para su farsa y eso me supo un poco amargo. El Oso judío pintaba para ser el nuevo Mr White y termina siendo algo completamente anecdótico (no vuelve siquiera a sdacar el bat). Pero creo que ya me amargue con el director, tampoco apesta y su puesta en camara sigue siendo impecable. Me encantó su antagónico, grandioso. Incluso algunos Bastardos me parecieron bien logrados excepto Brad Pitt, demasiado acartonado para mi gusto.

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