Cuando tenía 11 años, mi papá me llevó a ver LICENSE TO KILL (1989), la más reciente película sobre el agente 007 y la segunda con Timothy Dalton en el papel estelar. La referencia más inmediata que tenía del personaje eran unos carritos Hot Wheels que mi hermano había comprado varios años antes, cuando Bond era encarnado por Roger Moore.
Al principio la película me pareció un tanto aburrida, pero poco a poco la violencia sádica y las jaladeces humorísticas me fueron enganchando, hasta que terminé sintiendo empatía por el personaje y un genuino deseo de verlo lograr su meta. El efecto fue inmediato. La saga había cosechado un nuevo "fan".
Renté la película anterior, THE LIVING DAYLIGHTS (1987), que resultó un tanto árida para el gusto de un puberto, pero que con los años pude apreciar como una de las mejores de la serie.
También renté todas las que encontré con Sean Connery y Roger Moore interpretando al personaje. Pero, no nos engañemos, no abundan las buenas películas de James Bond. Pueden ser muy espectaculares, incluso entretenidas, pero nunca se han caracterizado por su calidad dramática.
Su encanto radica en el aspecto estilístico que manejan. La música, los personajes secundarios (M., Q., Moneypenny, los villanos, los matones de los villanos, las chicas Bond), las escenas de acción, las locaciones, los impresionantes sets construidos en foro, las armas, los autos, los gadgets, etc.
Son, en pocas palabras, películas de culto. Sólo que el culto es masivo (e incluso la palabra "masivo" se queda corta). Pero pocas pueden considerarse del todo satisfactorias.
Después de que Timothy Dalton abandonara la serie, el irlandés Pierce Brosnan sorprendió con su caracterización en GOLDENEYE (1995), uno de los films más sólidos de la saga. Y su actuación fue madurando, hasta llegar a THE WORLD IS NOT ENOUGH (1999), donde interpreta - a mi parecer - a uno de los Bonds más cercanos al personaje de las novelas. (Por cierto, Christopher Lee, en paz descanse, quien era primo de Ian Fleming, declaró que consideraba a Brosnan el Bond más cercano al 007 literario.)
Finalmente, después del bodrio (pero divertido festejo de 40 aniversario) DIE ANOTHER DAY (2002), llega Daniel Craig a renovar completamente al personaje en la finalmente oficial adaptación de CASINO ROYALE (2006).
La película resultó suficientemente exitosa para garantizar una secuela inmediata, QUANTUM OF SOLACE (2008), misma que se vio afectada por la huelga de guionistas y terminó decepcionando a la gran mayoría de sus espectadores.
Barbara Broccolli y Michael G. Wilson, los herederos del imperio 007, se tomaron las cosas con calma y tardaron 4 años en estrenar una nueva entrega de la saga. Pero la espera valió la pena. Armados con un equipo de trabajo excepcional (John Logan, un nuevo guionista con estándares estructurales más sólidos, Sam Mendes como director, y su cinefotógrafo de cabecera, Roger Deakins ), SKYFALL (2012) es una de las mejores entregas en toda la serie.
Pero después llegó SPECTRE, el retorno a la saga del máximo villano de Bond en la era Connery: Ernst Stavro Blofeld. Después de un largo rodaje y 250 millones de dólares invertidos en la producción del film, llegó la fecha del estreno. En noviembre, como es tradición para las películas de 007.
En opinión de quien esto escribe, la película es el equivalente James Bond de STAR WARS EPISODE I: THE PHANTOM MENACE.
Tomaron una mitología bien construida y la pisotearon hasta que se cansaron. Al grado de que la participación de Waltz es equivalente a frases como:
- "Can I go, mom?!"
- "Yipeee!"
y
- "Wow, that was close!"
Por lo tanto, sólo tengo tres palabras qué decir:
¡Reboot! ¡Reboot! ¡Reboot!